Capítulo uno. Despertar.
Acceso: ShadowFire.
Nota 101.
Dolor.
“¿Qué…? No…”
Dolor.
“¡Aah! ¿Qué…?”
Dolor. “No”, digo; pero no oigo mi
propia voz…
Dolor, punzadas de dolor por todo
mi cuerpo… ¿De dónde vienen? Abro los ojos.
Naranja. Una luz naranja lo llena
todo. ¿Qué demonios...? Cierro los ojos, intento debatirme… no puedo moverme.
Lo intento, lo intento; pero es como si una... fuerza… me impidiera mover un
solo músculo. La oscuridad me arrastra…
Otra vez. Otra vez; mil pequeñas
punzadas recorren mi cuerpo. “¡Basta!”, intento gritar; pero el sonido que
recibo de mí misma es burbujeante y entrecortado. Cuando vuelvo a abrir los
ojos, veo… ¿burbujas?
“… ¡¿Qué es esto?!”
¡Es… estoy sumergida en un líquido
naranja!
Me quedo paralizada. Todo
alrededor es naranja intenso, parece emitir luz propia. No… No puede ser. No
debería poder respirar, pero estoy jadeando; este líquido entra y sale de mis
pulmones. No, no, no puede ser… Siento que me ahogo, aunque sé que estoy
jadeando, y noto vívidamente el fluido surcando mi tráquea arriba y abajo.
Me llevo una mano al pecho, noto
algo raro y la miro. Hay un cable, ¡un cable de metal saliendo de mi muñeca! Y
de la otra. ¡Y de mis dos tobillos! ¿Qué es esto? ¿Qué ha pasado, dónde estoy?
Miro alrededor histérica, los cables llegan hasta…
La pared del… recipiente en el que estoy. Alargo la mano para tocar la superficie del cristal que me rodea, formando una estructura ovalada a mi alrededor. Fuera hay una sala…
La pared del… recipiente en el que estoy. Alargo la mano para tocar la superficie del cristal que me rodea, formando una estructura ovalada a mi alrededor. Fuera hay una sala…
Salir.
Palmeo el cristal con ambas manos,
el impacto retumba en el líquido. ¡Tengo que salir de aquí! Golpeo el cristal,
los cables se lían con mis manos. Cargo con el hombro, retumba aún más, pero
nada. Es un jodido cristal, no voy a poder romperlo tan fácilmente…
De pronto recuerdo. La invasión de
la Tierra por
parte de ese tal Brainiac1… he debido ser capturada.
“Capturada por alienígenas”, pienso sin poder asimilarlo.
Y pienso que no van a dejarme
salir de aquí. Que me han capturado para algo… Seré uno de los miles de
desaparecidos que busca la policía, mientras esos robots inmundos me usan como
fuente de información, o de energía, o algo peor.
Paralizada. Totalmente. ¿Voy a
morir? Intento pensar, pero… no puedo, no puedo encontrar la manera en que
podría salir de ésta. No sé ni cómo he entrado. No puedo salir. Lo más probable
es que no pueda hacer nada, nada en absoluto. Incluso si me matan, o me usan… Esa
rotunda certeza me ahoga más que el líquido, y siento un enorme calor surcando
mi cuerpo.
“No. No. No…”
¡Otra descarga! Espolea mi miedo
aún más. ¿Qué están haciendo, experimentando con mi dolor? Tengo que salir,
tengo que salir; no sé cómo, ¡pero tengo que salir! Golpeo el cristal con los
puños. Nunca había sentido tan intensamente cuánto quiero vivir. Los cables se
enredan; ¡me los arranco! Hilos de sangre empiezan a surcar el líquido naranja,
agitado por mis movimientos. Desesperada, grito golpeando el cristal; recibo un
sonido burbujeante procedente de mi propia voz. Llena de miedo, ira; golpeo el
cristal una vez., y otra, y otra, y otra...
Retumba, el sonido me envuelve. Me
duelen los puños. Cierro los ojos, golpeando más fuerte, gritando. El miedo me
vuelve loca y me enciende las fuerzas; la sangre me retumba en las sienes, mi
corazón golpea mi pecho, ¡tanto calor…!
Crac.
Abro los ojos, jadeando agotada… Una
grieta…
¡…una grieta!
De pronto resulta que tengo más
fuerzas. Golpeo, golpeo; la grieta se extiende. ¡Voy a salir! Golpeo con los
dos puños a la vez, la grieta comienza a filtrar agua; y aunque me siento
desfallecer golpeo y cargo hasta que el cristal se rompe.
Crashhhh…
Poco después, estoy jadeando
tirada en el suelo, rodeada de cristales. Recuerdo vagamente ver el líquido
derramarse en el suelo, mis manos aumentando la abertura, haber tosido grandes
cantidades de líquido naranja. Su sabor metálico aún me llena la boca cuando me
siento y alzo la vista para ver dónde estoy.
Parece una sala, y parece vacía.
Me doy cuenta por un momento de que, si hubiera habido alguien controlando el
experimento, me hubiera podido arrastrar de nuevo dentro. Miro atrás. Bueno, al
mismo tubo no. Está roto en la parte delantera y apenas le queda líquido
dentro. Estoy sentada en mitad del charco correspondiente, calada hasta la ropa
interior.
Todo a mi alrededor es metálico;
hay cables, planchas y conductos en distintas tonalidades de gris brillante. La
sala está iluminada tenuemente por la luz anaranjada procedente de esos tubos…
Esos tubos llenos de líquido naranja, suficientemente grandes como para
albergar a un adulto de forma holgada; rodeadas por un recubrimiento de metal y
conectadas por conductos a las paredes.
“¿Qué está pasando? ¿Qué ha
pasado?”
Me llamo Kara Stevens. Tengo
veinticuatro años. Acabo de
mudarme a Metrópolis. Y no tengo ni la más remota idea de cómo he podido
acabar aquí.
<¡Funcionó! Estoy
dentro, y tú estás despierta y libre. ¡Uf! Bien...>
-
¿Qué...?
Miro a mi alrededor,
confusa. La sala sigue pareciendo vacía.
<Soy Oráculo, de la Liga de la Justicia>
Oráculo2... Me suena.
Oh, Dios, ¡la Liga
de la Justicia!
Estoy salvada…
- ¿Dónde estás?- digo al no ubicar aquella voz con tintes metálicos.
- ¿Dónde estás?- digo al no ubicar aquella voz con tintes metálicos.
<He hackeado el
sistema de la nave y accedido al sistema de megafonía de cada habitación. Sólo
se me oye aquí... Pero antes de explicarte más, ¡ayuda a quien está contigo!
Hay otra chica atrapada en otra de las cápsulas de contención, pero no puede
salir. A tu derecha>
Busco con la mirada
entre las… cápsulas de contención, la mayoría vacías. Dentro de la situada a mi
derecha, sin embargo, hay una chica golpeando el cristal con las manos y
moviendo la boca. Probablemente gritando como una loca, claro. Tiene el pelo
bastante largo y flotando a su alrededor; dándole un aspecto algo fantasmagórico.
Me siento débil,
pero me quito un mechón empapado de la cara y me levanto. Tengo el cuerpo
entumecido, y estoy totalmente empapada. El pelo me pega a la cara y a la
espalda, y la ropa al cuerpo. De pronto me doy cuenta de que sigo llevando
vaqueros y camiseta, y que como esta última se me pega al torso, veo delineado
el contorno de mi ropa interior. Parte de mí esperaba encontrarme en bata de
hospital. Agito la cabeza, qué más da.
Llego hasta la cápsula. La chica
se queda paralizada al verme, y por un momento no reacciona, parece asustada.
Le sonrío y le enseño el puño cerrado con el pulgar hacia arriba, esperando que
entienda que soy de los buenos. Me mira suplicante mientras empieza a golpear
el cristal otra vez, mientras mueve la boca. Parece sorprenderse de pronto,
debe acabar de darse cuenta de que no se oye. Aspavientos y más movimientos de
boca; no hay que ser un genio para adivinar que me está pidiendo ayuda. Pongo
una mano en el cristal, intentando tranquilizarla; ella pone la mano por el
otro lado. Aunque es difícil de ver en el líquido, creo que está llorando.
-
Eh. ¡Eh! Tranquila. Te voy a sacar de aquí- le digo muy
despacio, articulando muy bien las palabras- Te voy a sacar de aquí- ella
asiente- ¿Sí?- asiente.
Sé lo que siente, claro que tengo
que sacarla de ahí… Pero ahora que, por lo menos, respiro aire, he recuperado
un poco la calma. Me miro las manos: tengo todos los nudillos sangrando y un
millón de cortes, también en los brazos. Es obvio que romper cristal con las
manos es algo muy poco efectivo. Tengo que encontrar alguna opción mejor si
puedo.
-
¿Oráculo?
<Aquí. Dime>
-
¿Puedes ayudarme? No sé cómo sacarla.
Durante un momento sólo recibo
silencio.
<¿Cómo te llamas?>
-
Kara. Kara Stevens.
<Bien, Kara… No
estoy donde tú estás. He podido acceder al sistema, pero no puedo controlar la
sala. Lo siento. ¿No puedes sacarla como has salido tú?>
-
Puedo intentarlo.
<Bien, inténtalo.
Si no, buscaremos otra forma>
Suspiro y miro a la chica. La
verdad, para estar siendo rescatadas por la Liga de la Justicia, no parece ir a ser nada fácil. Pero,
como si yo fuera a rendirme tan fácilmente. Ja. Miro alrededor.
En el armatoste de la cápsula de
contención no veo ningún botón que me atreva a apretar… Bueno, ¿qué esperaba
encontrar, uno rojo que pusiera “open”? Miro alrededor. Más cápsulas, cables;
tubos de metal pequeños, pero parecen flexibles, no me valen. No creo que pueda
arrancar una de las planchas que forman las paredes y el suelo. A mi izquierda
veo una especie de palanca en una pared, y a falta de algo mejor voy hasta
ella. La chica parece desesperarse al ver que me marcho, pero no sigue haciendo
aspavientos. “Ahora voy”, pienso; decirlo en voz alta no serviría de nada.
La palanca está bajada. Me planteo
accionarla. Si bien sería genial que todas las cápsulas se abrieran a la vez,
también puede causar algo que no me convenga. Igual, apagarlas y matar a la chica.
No, mejor no. La presiono hacia abajo, dejando caer todo el peso de mi cuerpo
sobre ella. Empieza a doblarse, y comienzo a forcejear con ella. Al final,
consigo partirla; momento en el cual me voy contra el suelo casi partiéndome la
cara. Bueno, ya tengo una herramienta.
Con ella en la mano, vuelvo a la
cápsula y se la enseño a la chica. Ella abre los ojos, y con buen juicio se
aparta un poco del cristal.
-
¡¡Raaaaaaaaaaargh!!
A los tres golpes, la palanca penetra
en el cristal con un chasquido. Cuando empieza a salir el líquido, me baña
entera de nuevo, mientras la chica se vuelve loca y se tira contra el cristal
medio roto. Le tengo que hacer señas para que se espere. Con un par de
estacazos más aumento la abertura, después es fácil quitar los trozos de
cristal sueltos restantes y que ella salga a trompicones. Me arrodillo a su
lado mientras cae de rodillas y empieza a toser grandes cantidades de líquido
naranja.
-
Tranquila, ya está.
Por un momento me planteo por qué
si hemos podido respirarlo dentro, las dos nos hemos medio ahogado al salir. Igual
es por el cambio de medio líquido a aéreo, o igual la histeria… Al final, la
chica se queda jadeando. Me mira. Y se abalanza sobre mí, a abrazarme
temblando.
Oh, Dios. Es como cuando mi
hermana pequeña se levantaba de una pesadilla… pero esta vez la pesadilla es
real. Algo dentro de mí siente más fuerza al notar que me necesita, y mi calma
aumenta mientras le palmeo la espalda.
-
Ya está. Ya está…
<¿La has sacado?>
La chica alza la vista asustada,
no me suelta.
-
Sí- respondo, y le digo- Tranquila, es nuestra aliada.
<Soy Oráculo, de la Liga de la Justicia. Siento
haberos despertado a calambrazos, pero era la única manera que tenía de llegar
a vosotras, y de sacaros de la parálisis inducida>
-
La... ¿Liga...?- jadea ella.
<Sí, Oráculo. Y voy
a sacaros de esta nave>
Oír eso me reconforta. No tengo ni
idea de dónde estoy, de qué hacer; pero parece que hay alguien que sí lo sabe.
No es que Superman nos haya sacado de las cápsulas, pero habiendo pensado que
iba a morir allí dentro, me vale. Oh, si me vale.
La chica hace ademán
de levantarse, y la ayudo. Llevaba un vestido claro de manga larga, que además
de estar empapado parecía sucio de varios días. Su pelo es un desastre, y a
ella sí que se le pega a la cara y al cuerpo.
-
Gracias- me dice- Muchas gracias…
-
De nada. ¿Cómo te llamas?
-
Elsa… Whimfrey.
-
Kara Stevens.
La chica mira a nuestro alrededor.
-
¿Dónde estamos?
No tengo respuesta. Oráculo sí.
<Ahora mismo estáis
en el interior de una de las naves de Brainiac. Habéis sido abducidas. Pero
tranquilas: estoy aquí para ayudaros. He hackeado el sistema y pienso sacaros
de aquí. Sin embargo, siento no estar ahí presente. Desde aquí puedo abriros
camino y guiaros, pero no puedo protegeros. Lo siento… Pero os ayudaré cuanto
pueda>
La voz metálica de Oráculo parece
entristecerse al decir esto. Suspiro. No, no podía ser Superman. Elsa parece
aterrada.
Respiro hondo, intentando reunir
la información de que dispongo. Estoy en una nave alienígena. Oráculo parece
saber cómo sacarme de ella. No tengo más aliados que ella y Elsa. La
alternativa es quedarme aquí, a esperar a que a alguien se le ocurra algo más.
-
Nos apañaremos- respondo- Tenemos que hacerlo.
Elsa me mira como si
estuviera loca, pero no me replica.
-
¿Cuál es el plan?- pregunto.
<Llevaros a una
zona menos protegida de la nave, y sacaros por teletransporte. Mirad a vuestro alrededor. Deberíais ver una
puerta de salida. Voy a intentar activarla, esperad un momento...>
-
No lo entiendo. ¿No está aquí?- pregunta Elsa.
-
No, es una hacker.
-
¿Ha hackeado la nave de Brainiac? ¡Pero si es una
máquina! ¿Cómo lo ha hecho?
Ni me lo había
planteado. ¿Esta tal Oráculo ha hackeado los sistemas de una nave invasora
hecha por y para máquinas? Joder.
-
... No sé. Pero parece que funciona.
Nos quedamos esperando. Elsa
escurre el pelo, aumentando el charco de líquido naranja. Miro las cápsulas
rotas.
-
¿No notarán que hemos escapado?
<No. De eso ya me
he encargado>
No está mal. No sé
si Superman hubiera podido hacer eso.
-
¿Y las otras cápsulas?- pregunta Elsa
<Vacías. Al menos
en esta habitación. Sólo estáis vosotras dos>
Me siento en el
suelo. Sigo con la barra en la mano. Pienso quedármela.
-
¿Estabas en el centro comercial?- me dice Elsa.
-
¿Dónde?- pregunto confusa.
-
En Star City. Yo estaba en un centro comercial a donde
estaban llevando heridos, y de pronto vi una enorme luz que atravesó el
techo... Y he aparecido aquí. Supongo que es donde me capturaron.
La miro confusa unos momentos.
-
No. No estaba allí…
“¿Dónde estaba yo?”
Cierro los ojos,
intentando recordar. Recuerdo haberme levantado esta mañana. Haber cogido las
llaves y haber cerrado la puerta de casa. Fui a buscar algo de comida, esperando
que quedara algún supermercado o tienda sin saquear en mi zona. Al bajar a la
calle, vi a la gente correr, huyendo de una dirección. Al mirar hacia allí… una
enorme mole tapando el cielo... y una
luz amarilla.
-
Estaba en la calle... En Metrópolis- respondo al fin-
Casi ni me enteré. Supongo que cazarán gente de distintos sitios.
-
¿Cazar? ¿Crees que nos quieren para comer?- pregunta
Elsa, asustada.
<Nadie se va a
comer a nadie. Vais... Ya está. Vais a salir de aquí>
Al mismo tiempo, en
una zona oscura de la sala una enorme compuerta es recogida hacia el techo;
mostrando un pasillo iluminado tenuemente de forma intermitente por fuentes de
luz amarilla.
-
¿Adónde vamos?- dice Elsa.
<Intentaré llevaros
a una zona menos protegida por los escudos de la nave para teletransportaros
fuera de ahí. Pero preparaos. Os llevaré por las zonas menos concurridas, pero
probablemente tengáis que luchar contra uno o dos robots>
A Elsa aquello no parece gustarle
la idea.
Oh, a mí me encanta.
Agarro la barra y muevo los
hombros para desentumecerlos. Odio
sentirme indefensa. Lo odio. Pero tengo un arma, y muchas ganas.
-
Vamos- le digo a Elsa- No podemos quedarnos aquí,
tenemos que conseguir llegar a la salida. Incluso si es pegándonos con unos
cuantos robots. Mejor eso que rendirnos sin luchar, ¿no?
-
¿Vamos a pegarnos contra robots? ¿Los que nos han
capturado?
<Ahora mismo no hay
robots soldado en la nave>, nos informa Oráculo, <Sino tan sólo los encargados del mantenimiento y la defensa, y
esos últimos procuraré que no se os acerquen>
-
No hay otra manera- le digo a Elsa.
-
No… No sé.
-
Yo voy- le digo.
Tras mirarme un momento, Elsa
suspira y asiente.
<Tranquilas.
Vigilaré vuestros pasos>
Asiento, antes de darme cuenta de
que probablemente no me vea. Avanzo hacia la puerta, Elsa me sigue; y las dos
dejamos atrás la cámara de contención.
_____
Despertar (102)
_____
1 Brainiac: androide extraterrestre, uno de los
mayores enemigos de Superman. Conocido como "El Coleccionista de
Mundos", se le supone una inteligencia artificial cuya programación consta
en digitalizar y archivar la realidad. En su mundo original pierde el control,
llegando a digitalizar su planeta entero; a partir de ahí continúa por el resto
del universo
2 Oráculo: su alter ego es Bárbara Gordon, hija
del comisario Jim Gordon, antigua Batgirl. Es disparada en la columna por el
Joker, lo que la deja parapléjica. Irónicamente, en ese momento ella está
impersonando a Bárbara Gordon y no a Batgirl, y el Joker la ataca para dañar a
su padre; pero no sabe que se trata de Batgirl ni del daño que le hace a Batman
con esta acción. Confinada a una silla de ruedas, Bárbara no se rinde, y
gracias al apoyo de Batman crea un nuevo alter ego: la hacker Oráculo, que
ayuda adquiriendo y dando información de todo tipo a muchos de los héroes de la
Liga, aunque más activamente a las Birds of Prey. Sin embargo internamente echa
de menos sus días como Batgirl.
En mi historia incorporo a Bárbara Gordon en el momento en
que está impersonando a Oráculo. De ahí que en este capítulo, Bárbara suene tan
triste al pedir perdón a las chicas por no poder estar allí con ellas y
protegerlas, por sólamente ser capaz de darles consejos pero no de luchar por
sus vidas.
Despertar (102)
Ya lo has subido! :) Ya te di mi opinión asíque sólo te diré que tengo ganas de ver tu siguiente envío ;)
ResponderEliminarCon la calma, Firey... Q no todas las semanas tiene una la suerte de ser postrada en la cama durante dias por una gastroenteritis virica nivel terrible y de pronto tener tiempo para escribir xD
ResponderEliminarSabes que en realidad no te meto prisa ;)
ResponderEliminarxDDD loool! Una gastroenteritis vírica con placas en la cara!
Oye una cosa. ¿Tú también ves en el texto la primera interrogación de todas las preguntas dada la vuelta? Xq no entiendo q pasa, o si solo lo veo yo. Xq cuando lo veo desde el móvil, está normal. Cuando le doy a editar, está normal. Pero cuando lo veo desde el portátil, ¡está dada la vuelta! ¡Todas! ¡Y en los otros capítulos también! ¿Tú también lo ves así? ¿Ha estado así siempre? O.o
ResponderEliminarLo veo al revés, pero yo juraría que antes estaba normal xD Ya la has liado? xDD
ResponderEliminarHala, ya está. Me gustaba más el otro tipo de letra, pero si no va a ir bien, pos fuera xD Estoy continuando este fic ahora. Tío, qué fácil y qué bonito sale en primera persona ^^
ResponderEliminarPara quienes no conozcan la historia de Oráculo:
ResponderEliminarLa persona que actúa como Oráculo se llama Bárbara Gordon, y se trata de Batgirl... Que en un momento determinado es disparada en la columna por el Joker, y la deja parapléjica. Irónicamente, en ese momento ella está impersonando a Bárbara Gordon y el Joker la ataca para dañar a su padre, pero no sabe que se trata de Batgirl, ni del daño que le hace a Batman con esta acción.
Confinada a una silla de ruedas, Bárbara no se rinde, y gracias al apoyo de Batman crea a la hacker Oráculo. Ayuda adquiriendo y dando información de todo tipo a muchos de los héroes de la Liga, además de a las Birds of Prey. Sin embargo internamente echa de menos sus días como Batgirl.
En mi historia incorporo a Bárbara Gordon en el momento en que está impersonando a Oráculo. De ahí que en este capítulo, Bárbara suene tan triste al pedir perdón a las chicas por no poder estar allí con ellas y protegerlas, por sólamente ser capaz de darles consejos pero no de luchar por sus vidas.
Ah, y por si tenéis curiosidad; en el vídeo que he puesto en cinemática podéis ver las cápsulas naranjas en las que Brainiac encierra a los humanos que intenta digitalizar :) Es muy curioso, porque aparece una chica saliendo a puñetazos envueltos en llamas, y yo no lo había visto hasta ahora ^^ Pero no penséis que Kara es similar a ella. Pronto intentaré subir alguna foto o dibujo lo más parecido posible.
Que chulo! mira que no soy amigo de la primera persona ni estoy metido el en mundo de DC, pero es bastante bueno!
ResponderEliminarPersonalmente, me gusta mas el relato de Leyenda, pero este pinta muy muy bien ;D
PD: gracias por las aclaraciones de personajes! :D
ResponderEliminar